La mortalidad infantil en Corrientes se redujo en más del 50% este año

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Ese porcentaje es en relación con igual período de 2018. La curva de descenso se aceleró en los últimos tres años, según lo destacó la Nación. La estrategia para seguir en esa línea se basa principalmente en la regionalización y la red perinatal. 

El Gobierno provincial, a través del Ministerio de Salud Pública, informó que continúa con el trabajo para seguir reduciendo la mortalidad infantil. En 2016, la tasa era de 13,3 por cada 1.000 nacidos vivos; en 2018, fue de 12,8; y en la actualidad, los datos que aún no cerraron son promisorios, ya que se estaría reduciendo en más del 50%, en relación al año pasado.
De hecho, este año, la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación destacó la estrategia correntina en este sentido. “Corrientes ha hecho un enorme esfuerzo en los últimos años por una política que es del Ministerio, que es la regionalización y esto básicamente es que cada embarazo y cada parto se produzca en el nivel que corresponde y que cada bebé sea atendido en el nivel de complejidad que corresponde”, dijo la directora nacional de Maternidad, Infancia y Adolescencia, Diana Fariña.

La funcionaria remarcó: “La mortalidad infantil va bajando en la provincia, los datos son promisorios porque la curva está hacia abajo. En los últimos 10 años, Corrientes ha bajado un 25 por ciento la mortalidad infantil y en los últimos tres años, la curva se ha acelerado”.
La estrategia encarada por Salud Pública para seguir con este ritmo de descenso se basa en Regionalización y Red Perinatal, principalmente, sumada a la complejización de las maternidades y a la capacitación permanente de los profesionales.
“Estamos en el camino de continuar descendiendo los indicadores de mortalidad infantil y en este sentido hemos trabajado en temas muy puntuales y técnicos, sobre determinados sectores o determinada población de neonatos, para seguir fortaleciendo el descenso de la mortalidad materno neonatal”, remarcó el ministro Ricardo Cardozo.

Acciones

La directora general de Salud Materno-Infantojuvenil, Nora Ropelato, explicó: “La implementación de la Red de Atención Perinatal, que es una las estrategias centrales para continuar con la reducción de la mortalidad materno infantil, hace que podamos hacer las derivaciones oportunas a los centros de la complejidad requerida para cada caso”.
Además, otras de las acciones son las capacitaciones permanentes al personal de salud. En este sentido, una de las líneas de trabajo son las capacitaciones sobre cardiopatías congénitas. Recientemente, en uno de esos cursos, Ropelato indicó: “Repasamos los datos de mortalidad infantil relacionados con las cardiopatías congénitas, dirigido a pensar que debemos solicitar la ecocardiografía fetal en las madres que tienen indicaciones de sospecha de cardiopatía y poder tener todo preparado cuando un niño va a nacer con una cardiopatía congénita y en este trabajo en red, hacer que nazca en el mejor lugar, donde las oportunidades son mejores”.
Dijo que este tipo de capacitaciones es un aporte fundamental en lo que es la reducción de la mortalidad infantil, “ya que tiene un gran componente dentro de las cardiopatías congénitas que es a lo que venimos apuntando desde el inicio de la gestión del ministro de Salud Pública Ricardo Cardozo, y desde la Dirección General de Salud Materno Infanto Juvenil, articulado con el Instituto de Cardiología”.
Otras de las cpacitaciones, como la realizada en septiembre pasado, fue sobre estrategia de atención inicial del recién nacido agudo (Acorn), en los hospitales de Curuzú Cuatiá y de Mercedes. “Convocamos a equipos de salud, fundamentalmente a enfermeras de la maternidad, es decir a aquellas que atienden a recién nacidos en sala de parto y a las mamás, a los tocoginecólogos y a los pediatras neonatólogos y licenciadas obstétricas que son los que inicialmente toman contacto con un recién nacido”, dijo Ropelato.
Detalló que “estas estrategias se ponen en marcha dentro del contexto de la regionalización perinatal porque ayudan a estabilizar al recién nacido que eventualmente nace en una maternidad cuya complejidad no es la que corresponde para ese recién nacido y debe ser derivado a una maternidad con una neonatología de alto riesgo”.