La Facultad de Humanidades de la UNNE aprueba el uso del lenguaje inclusivo

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La Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) aprobó incorporar el lenguaje inclusivo “en todo tipo de producción académica, trabajos prácticos, exámenes parciales y finales, monografías, tesis, proyectos de extensión, etc.”.
El Consejo Directivo de la Facultad, que funciona en el campus Resistencia, aprobó este jueves “el proyecto resolutivo de incorporación del lenguaje inclusivo” en esa unidad académica, lo que la convierte en la primera de la UNNE en avanzar con ese tema, según publicó en Facebook. 

La propuesta fue impulsada por el Frente Universitario Popular, que conduce el Centro de Estudiantes, y se fundamenta “en la necesidad de visibilizar a los géneros que no son contemplados en el lenguaje binario, de legitimar el uso del lenguaje inclusivo y no sexista que ya llevan a cabo estudiantes y docentes, y de acompañar las transformaciones sociales y culturales que se suscitan actualmente”.

Humanidades se suma así a otras facultades del país que ya tienen aprobado el uso del lenguaje inclusivo. Una de las últimas en incorporarlo fue la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), una medida que alcanza a toda la institución y la convierte así en la primera casa de altos estudios del país en darle un rango institucional a este léxico, al que se habían sumado hace algunas semanas unidades como la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
La resolución de la UNC, aprobada por unanimidad por el Consejo Superior, recomienda a las 15 facultades de la universidad y a los colegios preuniversitarios el uso de este lenguaje en comunicaciones oficiales.
Eso habilita el uso de palabras como “abogades”, “alumnes”, “compañeres” y “chiques”, entre otras, como una forma de eliminar el sexismo en el lenguaje. La Real Academia Española (RAE) establece que el masculino gramatical se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino y también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: los alumnos alude a un colectivo formado exclusivamente por alumnos varones, pero también a un colectivo mixto, formado por chicos y chicas. 
Así, se censura hacer explícita la alusión a ambos géneros, una costumbre que se extendió por razones de corrección política y no de corrección lingüística (los niños y las niñas), del mismo modo que el uso de arroba, la letra y la x como “supuestas marcas de género inclusivo”, por considerar, además de innecesario, ajeno a la morfología del español.
La Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) dio el puntapié inicial en 2017, cuando aún no se hablaba de lenguaje inclusivo, pero sí ya estaba planteado el rechazo al lenguaje sexista. La UNRN fue la primera en “incorporar perspectiva de género y erradicación de violencias directas e indirectas de género” en su estatuto.
La Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, en Chubut, decidió ir más allá. Hace dos meses aprobó el lenguaje inclusivo en exámenes, trabajos prácticos, tesis de grado, monografías y cualquier actividad académica que involucre la escritura.
Según publicó Infobae, la iniciativa surgió de los propios alumnos y fue escuchada por los directivos de la facultad. Los estudiantes reclamaban que algunos profesores les desaprobaban aquellos trabajos que escribían con lenguaje inclusivo, que ya era extendido en su habla cotidiano. 
Era la primera vez que una universidad oficializaba el uso del lenguaje inclusivo para trabajos académicos. 
El caso más resonante  fue el de la Facultad de Sociales de la UBA. La resolución fue similar: autorizar el lenguaje inclusivo para cualquier producción de los estudiantes tanto en carreras de grado como posgrado. “El lenguaje con el cual nos comunicamos y relacionamos comporta sentidos que reflejan desigualdades entre los géneros, naturalizando la segregación, discriminación o exclusión”, dice la resolución.
Otro avance con el lenguaje inclusivo en la educación superior lo dio la Universidad Nacional de Rosario. En su Facultad de Psicología, además de permitirlo para trabajos académicos, se exhortó a usarlo en la comunicación institucional. Para la casa de estudios, tanto la e como la representan, de igual modo, formas de incluir.

Manual de estilo

En el caso de la UNC, las 15 facultades y los dos colegios preuniversitarios tendrán “a su disposición la Separata del Manual de Estilo con alternativas para usar términos inclusivos y evitar las expresiones y las palabras excluyentes en comunicaciones oficiales, en producciones académicas y en el desarrollo de tesis”, informó el diario La Voz.
La decana de la Facultad de Lenguas, Elena López, explicó que los estudiantes se mostraron abiertos a llegar a un acuerdo: “El proyecto recomienda el uso de un lenguaje inclusivo, no discriminatorio, pero no significa para nada el uso de la e, la y el @. No íbamos a recomendar salir de la norma”, expresó a La Voz.