La ganadería, una de las cadenas que va por un cambio de paradigma productivo

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Con un stock de 5.000.000 de cabezas, la Provincia trabaja en la proyección de un nuevo escenario de producción más sustentable y que abarque a todos los productores. En 2010 se inició un programa que marcó un antes y un después. 

La provincia de Corrientes avanzó en este último tiempo con la gestión y concreción de acciones clave para el desarrollo de sus principales cadenas productivas, donde la ganadería ocupa uno de los eslabones más representativos que transitan hacia un cambio de paradigma y experimentado un avance sustancial en para agregarle más valor. La implementación del Plan Ganadero Provincial 2010-2020, impulsado desde el Estado; la instalación de más frigoríficos con destino exportador y la proliferación de cabañas promovidas desde el sector privado hacen que este nuevo combo productivo pueda darle por fin el grado de productividad necesario para subir ese gran escalón hacia una producción sustentable.    
La provincia cuenta con un stock de poco más de 5 millones de cabezas de ganado cuya principal actividad es la cría, con una producción anual de 1,2 millones de terneros, apuntándose a completar el ciclo productivo. Por ello, se apuesta fuerte a la industrialización de la cadena con el aumento de la faena y la posibilidad latente de exportar al mercado chino. La reciente puesta en funcionamiento del  antiguo frigorífico Tomás Arias, inversión privada a manos de la nueva propietaria, La Muralla China, se inscribe en un hecho fundamental para el futuro inmediato de la actividad ganadera, con nuevos objetivos de completar el ciclo productivo en la provincia y exportar. 

La provincia tiene una superficie geográfica de 8.968.700 ha y una superficie ganadera de entre 5 millones y 6 millones, que se extiende por prácticamente todos los departamento y que la inscriben entre la tercera y cuarta mayor productora de ganado en pie del país. La hacienda más refinada, como se las conoce a las Hereford, Shorthorn y Aberdeen Angus, se cría preferentemente en el sur provincial; en tanto que la raza Charolais, fundamentalmente en Monte Caseros, Paso de los Libres y Curuzú Cuatiá. De la cruza con cebú, bovino procedente de la India, han resultados otras variedades, como Brangus y Santa Gertrudis. 
La carga promedio de la provincia no refleja lo que ocurre en cada uno de los departamentos, debido a que hay 5 departamentos con carga promedio superior a 1 EV/ha (equivalente Vaca por hectárea), lo que significa que hay muchos predios con cargas muy superiores a 1 EV/ha, situación que está a su vez muy relacionada con el tamaño predial. Según un informe del INTA elaborado por Miguel Pizzio y Diego Bendersky, del Grupo Producción Vegetal, la mayoría de las especies que componen los pastizales para la ganadería son de crecimiento estival, en consecuencia el patrón de crecimiento es muy estacional, con 7 meses de fuerte rebrote de octubre a abril y 5 meses de poco crecimiento. Por esta razón la actividad principal de la ganadería correntina es la cría, porque coinciden los siete meses de fuerte crecimiento con la cantidad de meses de altos requerimientos de la vaca de cría. 
Ahora bien, hasta aquí la cría en la provincia está ligada netamente a la naturaleza y resulta necesaria la incorporación de insumos extraprediales mediante la suplementación estratégica de categorías críticas es factible sostener niveles adecuados de ganancias de peso, aún en los periodos críticos. Por otro lado, los suelos de la provincia de Corrientes son deficientes en fósforo y sodio, por lo tanto los pastizales naturales carecen de estos dos nutrientes y es necesario corregir estas deficiencias durante todo el año.

Jerarquía CREA

El año pasado se realizó en la provincia la primera Expoagro, justificando el gran avance registrado en la materia. Allí se firmó un acuerdo con AACREA con el compromiso de formar diez grupos CREA  en el plazo de cuatro años. En septiembre de este año se cumplirán dos años del acuerdo y ya se constituyeron seis grupos. 
“La ganadería es el principal sector productivo de la provincia. Si sumamos todos los sectores productivos y los valorizamos, casi el 50% proviene de la ganadería. Tenemos 23.000 productores ganaderos en toda la provincia”, precisó  el entonces secretario de Agricultura y Ganadería, Manuel García Olano. “Tenemos stock, pero mucho por hacer, o por corregir en cuanto a los indicadores productivos, básicamente por una cuestión de recursos forrajeros. Somos una provincia con poca agricultura y estamos trabajando en eso”, reflexionó.

García Olano, productor ganadero y también expresidente de la Sociedad Rural de Curuzú Cuatiá, explicó a modo de ejemplo que “el promedio de destete de los grupos CREA está por encima del 80% y el promedio provincial es de 50%”. 
“Claramente, ahí tenemos una señal de que las cosas se pueden hacer mejor, y no tiene que ver con ser productores grandes”, reflexionó. 

La acertada incursión del Plan Ganadero

Históricamente, la cría de ganado en Corrientes estuvo entregada a los avatares de la naturaleza, pero ese pasto no estaba disponible durante todo el ciclo alimenticio del animal. Ante esta realidad que, sobre todo, castigaba a los pequeños productores, la Provincia puso en marcha el Plan Ganadero 2010-2020. En una primera etapa, el programa apuntó a la asistencia técnica y las capacitaciones, con eje en el compromiso del productor por generar sus propios verdeos de invierno, y una segunda, que arrancó en 2017 promoviendo el trabajo asociativo entre productores con la conformación de los Grupos Ñande, que comenzaron a trabajar con AACREA con la implementación de tecnologías de proceso CREA. 
La puesta de este programa representa un antes y un después para la ganadería correntina, En  2010 se realizó un diagnóstico de la situación de la ganadería en la provincia de Corrientes. Y tres fueron los problemas identificados en esa oportunidad y se contrató un equipo de técnicos privados coordinados desde el Ministerio de Producción para trabajar en ellos. El primer problema identificado fue que el productor tenía más hacienda que superficie ganadera y el alimento para esa cantidad de ganado. A este problema se lo definió como “exceso de carga” y se lo fue contrarrestando con una política de financiamiento blando para insumos, en pos de mejorar la alimentación del rodeo, especialmente en el estrato de pequeños y medianos productores.

En los primeros 5 años (2011 a 2015) se efectuaron numerosas asistencias y se financiaron planes para siembras de verdeos de invierno, siembra de pasturas perennes, cultivos de sorgo y maíz, fertilización de pastizal natural y pasturas implantadas, alimento balanceado para destete precoz, recría y engorde y acompañado al productor con numerosas capacitaciones, jornadas, días de campo, etc.
El segundo problema identificado fue la “falta de adopción de tecnologías”, que implica un número importante de cosas por hacer que no se hacen, básicamente de nulo o bajo costo y de mediano y alto impacto. Estas cosas que se denominan “tecnologías de procesos” son en su mayoría de manejo o tecnologías blandas y apropiables mediante el conocimiento. Los productores que mejor producen las adoptaron hace muchos años y las mejoran continuamente. El tercer problema, que ya fue mencionado en 2010 en el trabajo diagnóstico, fue la falta de políticas de arraigo.
En 2018, el Plan Ganadero 2010-2020 inició una nueva etapa y se enfocó en la formación de grupos de productores para mejorar la adopción de tecnologías mediante el trabajo grupal. El Ministerio de Producción firmó un Convenio de Colaboración con AACREA (Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) mediante el cual esta institución se compromete a colaborar con la provincia en la capacitación de los técnicos y en los aspectos metodológicos del trabajo en grupos, que viene aplicando en el país desde 1957.
El fin fue el de favorecer el desarrollo del sector agropecuario promoviendo la formación integral de los productores y la incorporación de las tecnologías disponibles, sabiendo que la evolución de los emprendimientos de este sector ocurre simultáneamente con profundos y rápidos cambios en esas tecnologías, cobrando especial importancia la capacitación de los actores intervinientes.
El desafío fue formar grupos dividiendo a los productores en dos: los que tienen de 1 a 500 cabezas de ganado, integrándolos en Grupos PG Ñandé y los que poseen más de 500 cabezas con los que se forman los Grupos PG CREA. En el primer grupo se encuentra el 63% de los productores con el 33% del rodeo, mientras que el segundo incluye al 7% de los productores con el 67%.
En todos los casos hay seguimiento de un técnico que se encarga de moderar, facilitar y coordinar cada reunión mensual, y en el caso de los más grandes realiza una visita a cada establecimiento para trabajar las tecnologías de procesos que favorezcan la mejora continua.