Escándalos que teme Alberto

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Confirmado: el gobierno decidió correr las PASO al menos un mes. Que las PASO, que son en agosto, pasen a septiembre y que las generales, que deberían realizarse en octubre, transcurran durante los últimos días de noviembre.

No solo por la cuestión de la pandemia —para entonces se espera que haya gran cantidad de ciudadanos ya vacunados—, sino también por el siempre impredecible tópico de la economía. Alberto Fernández presume que para entonces habrá algún tipo de reactivación.

Puntuales dossiers que le han acercado al jefe de Estado anticipan un panorama auspicioso, principalmente basados en dos factores que gravitan en torno a ciertos commodities.

Por un lado, el incremento del precio internacional de la soja, el maíz y el girasol, que Argentina produce y exporta. A tal respecto, el JP Morgan advierte en un informe que esas y otras materias primas pueden haber empezado un nuevo “súper ciclo” de precios.

A su vez, las copiosas lluvias de los últimos días significarán 2 millones de toneladas más de soja y 2,5 millones adicionales de maíz, con relación a la anterior previsión, según la Bolsa de Cereales de Rosario.

Con esos datos a cuestas, sumados a la estrategia de la moderación que ha empezado a transitar, Alberto cree que podrá hacer una buena elección este año.

Aparte de intentar sumar los votos del pero-kirchnerismo, el jefe de Estado busca seducir a aquellos que no están de ningún lado de la grieta, sino que transitan la ancha “avenida del medio”.

No le será sencillo: primero, porque tal moderación le pondrá enfrente a los kirchneristas más radicalizados como enemigos.

Segundo, porque están por estallar varios escándalos que lo complicarán. El primero de ellos, refiere a la citación que hizo la Justicia de Estados Unidos a Sebastián Eskenazi, en el contexto de la polémica expropiación de YPF, refrendada por el kirchnerismo en 2012.

El otrora CEO de la petrolera argentina debe presentarse a declarar el 1 de marzo ante los tribunales de Nueva York y lo que pudiera decir allí inquieta a Cristina Kirchner.

¿Qué sucedería si a Eskenazi se le ocurriera decir que llegó a YPF en 2008 como “testaferro” de Néstor Kirchner, quedándose con el 15% de las acciones sin poner un solo peso?

No es la única complicación que llegará en el corto plazo: este miércoles, diputados de Coalición Cívica denunciarán la compra de Edenor por parte de los empresarios Daniel VilaMauricio Filiberti José Luis Manzano.

Lo que surja de allí también complicará los planes albertistas, porque se revelará cómo se adaptó el Presupuesto Nacional para que unos pocos hagan jugosos negocios en detrimento del Estado argentino.

A su vez, para coronar la situación, se viene otro dolor de cabeza para el presidente: calificadas fuentes aseguran que el 24 de febrero la Justicia “zafará” a Lázaro Báez en el marco de la “ruta del dinero K”. Sería por dos votos contra uno.

Por: Christian Sanz