Día de la Memoria: actos y marchas, en medio de una grieta interna en el FDT

0
640

El presidente en un acto institucio­nal en el Ministerio de Ciencia. La Cámpora movilizó a cientos de miles de personas a la Plaza de Mayo.

El 46º aniversario del golpe de Estado cívico – militar de 1976 encontró al Gobierno nacional y al principal frente oficialista dividido, con actos y mar­chas por separado. El pre­sidente Alberto Fernández tuvo un acto propio en el que aseguró que en esta fe­cha “es cuando más unidos estamos”. La vicepresiden­ta Cristina Kirchner dedi­có un video a una escuela de General Rodríguez que cambió su nombre al de una docente desaparecida, mientras La Cámpora, con Máximo Kirchner al frente marchó hasta la Plaza de Mayo.

Los organismos de Dere­chos Humanos se congrega­ron desde las 14 en avenida de Mayo y 9 de Julio. Hasta allí llegaron las columnas de Abuelas de Plaza de Mayo; Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Fa­miliares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Po­líticas; H.I.J.O.S. Capital; el Cels; la Apdh, la Asociación Buena Memoria, Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte; Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz; Fundación Me­moria Histórica y Social Ar­gentina; Liga Argentina por los Derechos Humanos y el Movimiento Ecuménico por los Derechos Huma­nos.

Mientras, desde Ma­dres de Plaza de Mayo, la organización encabezada por Hebe de Bonafini, se entregó un pañuelo a la interventora de la Agen­cia Federal de Inteligen­cia (AFI), Cristina Caama­ño, la máxima distinción de las representantes de los derechos humanos. Luego se dirigieron hacia la plaza con la consigna que marcó las diferencias con Alberto Fernández: “Con el FMI en el país, morirán más niñxs de hambre”.

Luego se sumaron las or­ganizaciones sociales So­mos Barrios de Pie y Movi­miento Evita.

“Claramente es una de­mostración de fuerza”. Con esa frase, un referente del kirchnerismo que caminaba junto a Máximo Kirchner resumió el espíritu de la ma­siva marcha de La Cámpora y varios sectores del PJ bo­naerense que se desplaza­ron desde la mañana hacia la ex Esma, rumbo a la Plaza de Mayo, en homenaje al Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. En el epicentro de la movilización, el hijo de Cristina Kirchner y el res­to de la cúpula camporista, con intendentes, senadores y legisladores recorrieron la ciudad sonrientes, entre vi­toreos de la multitud que los seguía por los flancos.

En paralelo, el presidente Alberto Fernández encabe­zó, por la mañana, un acto por el mismo motivo, en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, junto a Daniel Filmus. Desde la semana pasada meditaba qué hacer ante la demostración de po­der de La Cámpora, en pleno enfrentamiento político con Cristina Kirchner a raíz de las diferencias por el acuer­do con el FMI y las medidas económicas. Finalmente re­solvió hacer su propia activi­dad, con tono institucional, sin liturgia, y sin alusiones a la interna, en contraste con la rimbombante manifesta­ción callejera que sacudió desde temprano la tran­quilidad del feriado en los barrios del norte de Buenos Aires.

Cristina Kirchner, por su parte, en lugar de convocar a la marcha tradicional de las organizaciones de DD.HH., en su Twitter llamó a su­marse a las columnas de la organización que comanda­ba su hijo, en una clara señal sobre su posicionamiento en el tensionado Frente de Todos. “En otro aniversario del 24 de marzo, miles de compañeros y compañe­ras ya marchan desde la ex Esma a Plaza de Mayo para volver a abrazarse con Ma­dres y Abuelas. Todos y to­das por Memoria, Verdad y Justicia”, dijo.

Por la tarde, el manda­tario regresó a Olivos. Pero todos los ministros y secre­tarios de su Gabinete y los movimientos sociales afi­nes, decidieron sumarse a la movilización que se hace todos los años en la Plaza de Mayo, organizada por las organizaciones de Derechos Humanos, afines, o no a La Cámpora.

De manera pacífica -sólo hubo algunos incidentes aislados- escucharon el mensaje que, como cada 24 de marzo, brindaron los re­ferentes de derechos huma­nos desde el escenario mon­tado frente a la Casa Rosada. No estaba planeado que Kirchner subiera y tomara el micrófono.

El que también apuntó al Presidente fue el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense y referente de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, al recordar que “fue jefe de campaña de un espacio que sacó 4 puntos en la Provincia”, en referencia a las elecciones de 2017 cuan­do trabajó en la candidatura de Florencio Randazzo. Por otro lado, respondió a los dirigentes que pidieron al kirchnerismo que se vayan de la coalición gobernante, ante el desacuerdo por la negociación del FMI, y ex­presó: “No nos podemos ir de algo que nosotros gesta­mos”.

Como se preveía, la con­memoración del terrorismo de Estado, en un contexto convulsionado para el ofi­cialismo, mostró una grieta desde el terreno simbólico, en la calle. A pesar del pedi­do de algunas organizacio­nes de Derechos Humanos para que no se “politizara” la marcha, desde la mañana ocurrió todo lo contrario, y la recordación se transfor­mó en la evidencia más ca­bal, hoy, de las diferencias de la coalición de gobierno, hasta ahora aparentemente insalvables.