Cuidados especiales para el sargento Cartucho en la comisaría 7ª

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Es un perro labrador de más de 14 años que eligió quedarse a vivir dentro de la seccional. Aunque no forma parte del cuerpo –como otros animales de la División Canes– lleva el rango simbólico de sargento y el personal lo asiste en su tratamiento por insuficiencia renal. “Nuestros perros son nuestros compañeros, nos preservan del peligro y nos acompañan en el servicio”, expresaron.

“En las últimas horas, Cartucho mostró una leve mejoría. Se encuentra estable y come algo. Aunque ya no se le puede suministrar tanto medicamento, por la misma insuficiencia renal que tiene. Se turnan para cuidarlo entre 6 o 7 personas, aunque hay algunos efectivos destinados para estar a su cargo. También el veterinario que atiende a los perros de la División Canes colabora para su atención”, relató el comisario mayor Isidro Rodríguez, responsable de coordinar el cuerpo de perros de la fuerza policial, la División Especial Canes.
Si bien Cartucho no forma parte de este cuerpo especial, “a todos los perros que están vinculados a las comisarías se los cuida y si desde la división podemos ayudar, siempre colaboramos con su atención veterinaria o asistencia”, explicó.  “Cartucho es un perro del barrio. Su dueño, de apellido Vega, era miembro del cuerpo de policía. Cuando él se fue de esa comisaría, Cartucho insistía en quedarse. Cada vez que podía, se escapaba y regresaba a la seccional. Al final terminó adoptado por el personal. Ahora tiene unos 14 años. Es un perro senil, y ahora tiene una vigilancia constante para cuidarlo”, destacó.

“Aunque la consigna es no acumular perros, en todas las comisarías hay quienes le tienen simpatía a los animales. Y algunos terminan siendo adoptados, siempre con la condición de que esa seccional se haga responsable de su atención. Cartucho, además ostenta el cargo simbólico de sargento, nombrado así por el ahora gobernador Gustavo Valdés, cuando estaba en funciones como ministro de Seguridad”, recordó Rodríguez.

Este labrador, además, fue protagonista de una polémica que alcanzó los medios nacionales en 2017. Había rasguñado la cara de una niña y, en una decisión drástica, el entonces jefe de la Policía Metropolitana había decidido desalojarlo a él y también a todos los perros que son mascotas en las distintas seccionales. Al final, la situación se dirimió a favor de los caninos. Y quien terminó desplazado fue el entonces director de Seguridad Metropolitana, quien pasó a cumplir funciones en otra dependencia.
“No se puede echar a los perros y los gatos de una comisaría, pero sí extremar los cuidados para que no muerdan a las personas”, aseguró el entonces jefe de la Policía de Corrientes, comisario mayor Eduardo Acosta.

“A lo largo de la historia, los perros siempre acompañaron a los ejércitos y las fuerzas de seguridad. Es siempre un buen compañero en lo que respecta a la vigilancia. Lo ideal es que sea equilibrado, sociable y que se adapte a las personas. En cada caso, el jefe de cada comisaría es quien autoriza que cada perro puede ser adoptado”, explicó.
En ese sentido, Rodríguez diferenció la función de los perros que son incorporados como mascotas, de aquellos que se entrenan para el cuerpo en la División Especial de Canes. No obstante, “aunque algunos no cumplan una función efectiva, siempre ayudan en la vigilancia”, aseguró.

Compañeros caninos

En la actualidad, hay unos 24 perros de la División Canes que trabajan de forma activa. Se entrenan para cumplir diferentes funciones. “Para la detección de narcóticos, de rastreo, seguridad, detección de explosivos y de destreza, son trabajos de entrenamiento diferentes y tiene que ver también las características de cada perro”, explicó el comisario mayor Rodríguez, quien recordó que estos perros “son empleados de la fuerza policial, los consideramos un compañero más. Están disponibles cuando se los requiere, tanto la Provincia como cualquier fuerza nacional. Algunos también cumplen tareas comunitarias, en especial los de destreza, son los perros que llevamos a las escuelas para exhibiciones”, relató.
Desde el año 1987 en que se creó la División Especial de Canes “fuimos creciendo, incluso personal de esta división viajó a Estados Unidos a especializarse. Contamos ahora con 6 perros destinados al área de seguridad, 4 asignados a narcóticos, 2 de rastreo y una escuadra de destreza, a la cual ahora se incorporó una nueva cría de labrador para ser entrenada”, mencionó Rodríguez. Para un entrenamiento básico se necesitan como mínimo 3 meses de trabajo, y otro lapso de tiempo mayor para enseñanzas más complejas.

Desde sus inicios, ha tenido perros emblemáticos. En ese sentido, recordó a Corbata, Samanta, Latiju y Swat. “Marcaron nuestro corazón esos perritos”, recordó el comisario. “Siempre nos han protegido. El perro es un compañero con el que uno trabaja todos los días, que se emociona y que sufre con uno. Lo ideal es que una vez que terminan sus entrenamientos, puedan ser manejados por cualquier guía. Pero además siempre conservan un vínculo especial con quienes lo entrenaron”, explicó.
Función social
Además de servir a la comunidad y brindar protección, los perros de la División K9 –que son las siglas con las que se conocen a las División de Canes a nivel internacional– se orientan ahora también a cumplir con otras tareas comunitarias. En las últimas semanas, efectivos de esa división junto a los perros acompañan en las caminatas controladas que se practican en avenida Libertad.
Pero además, se barajan nuevos proyectos para incorporarlos. Entre ellos, se estudia la posibilidad de adoptar y entrenar a perros abandonados, y reinsertarlos en ciertas familias. Y también entrenar a algunos como lazarillos para personas no videntes. Por otra parte, planean impulsar una asociación de Amigos de los K9, para que las personas que son afines con los animales y la labor que realizan puedan participar en campañas de concientización de tenencia responsable de animales. 
De hecho, algunos integrantes de la División Canes ya se sumaron el año pasado a la campaña pública impulsada por el Gobierno para la erradicación de la pirotecnia durante las fiestas de fin de año.
El trabajo de cuidarlos, entrenarlos y atenderlos no tiene descanso. “A través de las redes sociales la gente va conociendo lo que se hace y el trabajo de nuestros compañeros caninos. Queremos fortalecer este vínculo con la comunidad”, enfatizó el comisario mayor Isidro Rodríguez.