El pedido de Messi para el duelo ante Qatar

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Leo dejó un claro mensaje táctico pensando en el partido del domingo. Es muy factible que Scaloni le haga caso y lo junte con Lautaro y Agüero. Mirá.

Hay un mensaje. Otro mensaje. Así en Belo Horizonte como en Salvador, Messi se hace cargo, pero ya no le pasa tanto la mochila. Parece haberse dado cuenta de que, ahora sí, él solo no puede. Y que ya no tiene mucho que reprocharse. Si no lo ayudan, es imposible. Y la Selección en general, como el entrenador en particular, siguen sin ayudarlo. De todos modos, insiste. A su modo, levanta la tropa puertas adentro. Lo hizo como nunca antes después de la derrota ante Colombia. Y lo volvió a hacer en estas horas. Y de paso, otra vez, marcó líneas de juego. Tras el debut, habló de la necesidad de jugar un paso adelante y tener más posesiones largas. Y ahora, también dejó su punto de vista sobre qué le hizo bien al equipo en el Mineirao y, en definitiva, que es lo mejor que le podría pasar en el Arena do Gremio. “Lo mejor fue con dos delanteros. Teníamos más gente en el área”, soltó. Y pidió.

Cuando entró Agüero, cuando se armó ese tridente nacido desde la necesidad con Messi y Lautaro Martínez, la Selección vio algo de luz. Porque en realidad, eso le ha pasado en estos dos partidos de la Copa América: apenas tuvo ratos de lucidez. Como ese arranque del ST con Colombia, que le sirvió la titularidad de De Paul. Pues bien, ahora ese ratito que alcanzó sólo para el empate ante Paraguay acaso contribuya a que Scaloni arme su equipo número 12 en 12 partidos. El capitán, al menos, lo dejó en claro varias veces que la fórmula de inicio del complemento lo entusiasmó un poquito: “Se dio en un momento límite, porque había que empatar. Y por ahí, incluso, jugamos acelerados por el partido. Pero siempre es mejor para nosotros tener más gente en ataque”, remarcó.

Messi notó lo que todos. Que en muchos pasajes, o en su gran mayoría, el equipo volvió a quedar partido. Sin peso ofensivo. Sin profundidad. Y así, sin poder de fuego. “La dinamita pura” que mencionó el entrenador antes del inicio de esta Copa, está húmeda, no prende, no explota. Así, Leo debió retroceder para buscar la pelota y Lautaro quedó demasiado solo con los defensores rivales. Eso cambió con el ingreso del Kun, hasta que Scaloni lo cortó. Acaso, por esas dos contras paraguayas que lo hicieron entrar en pánico de una posible eliminación, rompió con el tridente que le había dado lo mejor del partido.

“Es cierto que eso generó desequilibrio, que nosotros salgamos a destiempo y que generáramos espacios. En ese momento nos descompensamos”, aclaró el capitán argentino. Pero… Ahí está el desafío que tendrá Scaloni, quien sigue sin encontrar el pulso del equipo. Por eso está en estado reservado, por eso contra Paraguay mismo casi entra en coma. El mensaje de Messi, entonces, deberá respaldarse desde el mediocampo. Porque Leo insistió con que le gusta la idea de jugar con Lautaro (si es que llega al cien por ciento) y el Kun, quien pasó de borrado a primera opción. “Ahí tuvimos la sensación de que estábamos para darlo vuelta”, dejó otra punta. Pero a la vez, entiende que hay que buscar un equipo que ofrezca garantías, sobre todo en un partido de todo o nada.

Si el DT hasta ahora desaprobó las dos materias, habrá que ver cómo hace para para levantar ese promedio justo en la más difícil de todas. Puertas adentro, está convencido de que debe sostener ese tridente. “No sé si fue la mejor versión, pero sí la más peligrosa”, había dicho en conferencia. Y ante la necesidad de ganar para clasificarse, dejó abierta esa posibilidad: “Es evidente que cuanto más en ofensiva tenés, mayor potencial lográs. Pero si en la mitad de la cancha no tenés jugadores que hagan filtro, te pueden dominar el partido o comerte alguna contra”.

En ese sentido, el entrenador tiene claro que deberá reforzar la mitad de la cancha. Y acaso, deba hacerlo con un cinco que tenga automatizado los movimientos de un cinco, algo que Paredes no siente así y lo pagó en el gol de Paraguay: por falta de oficio en la función, nunca lo cortó. Por eso, aunque los Guido (Rodríguez primero y Pizarro después) no le hayan rendido lo esperado en Colombia, quizás ahora la necesidad de tener una mayor respaldo en esa zona con algunos de ellos. Después, también está la opción de Acuña, que además de marca, presencia y personalidad, aporta otra enjundia, acaso para jugar sobre la izquierda. Y también habrá que ver quién va a la derecha: si continúa Lo Celso, quien ofreciendo una versión demasiado diet, o si hay lugar para otro cambio Más.

Como fuera, Messi ya dejó su mensaje y Scaloni tiene, en sus manos, la última gran posibilidad de revertir su imagen y de cambiar el futuro de la Selección: otra vez, como contra Nigeria en el Mundial, el tercer partido es a todo o nada. Y de nuevo, como en ese momento de alta tensión, Argentina necesita goles para escaparle a un nuevo fracaso.