Ritmo Plate

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River se enfrentará a Cruzeiro pero también a la diferencia de ritmo entre ambos: el equipo brasileño le lleva de ventaja muchísimo rodaje durante el receso. A poner aviones…

Es verdad, la realidad del Cruzeiro no es ni por asomo la que pintaba cualquier hincha de River cuando salió sorteado el cruce de octavos de final de la Copa Libertadores. El equipo de Belo Horizonte fue un cuco en la fase de grupos: de hecho, con el Palmeiras fue el que más puntos hizo (15) en la parte inicial de la Copa. Pero, aunque mantenga prácticamente la misma base de jugadores, desde hace un tiempo que viene de capa caída en el Brasileirao, donde apenas por un punto está zafando de la zona del descenso (si hoy Chapecoense, con un PJ menos, le gana al San Pablo de visitante lo deja en zona roja) y no gana desde hace ya nueve partidos. Encima, institucionalmente pasa por una crisis sin demasiados precedentes por causas de lavado de dinero que podrían derivar en una fuerte quita de puntos que podría hundirlo. Ahora bien, más allá de que aguarda por la recuperación de Thiago Neves, una de sus estrellas, el equipo de Mano Menezes tiene muchos jugadores de jerarquía, en la Copa se hace muy fuerte en el Mineirao y no se achica de visitante y, sobre todo, corre con una ventaja respecto a River que por estas horas tiene muy en cuenta Marcelo Gallardo para preparar el primer partido, mañana a las 19.15 en el Monumental: el ritmo futbolístico.

Y es que en Brasil los equipos prácticamente no paran a mitad de año. Ni siquiera lo hicieron por la Copa América que se organizó en su propio país. Así, sólo hubo un par de semanas de receso, bastante menos que los casi dos meses fuera de las canchas que estuvieron los equipos argentinos. Y el dato es revelador: desde el 30 de mayo, cuando River jugó el último partido oficial del semestre pasado contra el Athletico Paranaense por la Recopa (3-0), el conjunto del estado de Minas Gerais jugó nueve encuentros: ocho oficiales por el Brasileirao y la Copa de Brasil (donde superó a su clásico rival, el Atlético Mineiro) y un amistoso. Mientras que River apenas tuvo tres compromisos serios: dos amistosos de pretemporada, contra Chivas y América en Estados Unidos, y tan sólo un match oficial que fue el del martes pasado en San Luis contra Gimnasia de Mendoza por Copa Argentina.

Aquella noche, donde River terminó zafando en los penales para pasar a octavos de final, se notó cierta falta de ritmo lógica en el equipo, algo que de hecho admitió el propio Gallardo después del discreto 1-1. El problema del calendario en el fútbol argentino no es ninguna novedad: a menos de una semana de que arranque la Superliga, aún no está definido, por ejemplo, cómo será el sistema de descensos. Es algo que más de una vez ha fastidiado, con razón, al deté. Y claro, pensando puntualmente en el partido, éste es un punto que le preocupa mucho al cuerpo técnico y sin dudas una ventaja para Cruzeiro (y también, por supuesto, para Athletico Paranaense de cara al cruce contra Boca y para el Palmeiras antes del mano a mano contra Godoy Cruz).

Por eso suena muy difícil que Lucas Pratto pueda estar desde el arranque en el Monumental: justamente porque dentro de un plantel que todavía no terminó de entrar en el ritmo futbolístico que pretende el entrenador para este semestre, el Oso está aún más atrasado después de haber parado por su fisura por estrés en el sacro. Así, será importante para el Muñeco armar el equipo más fresco que tenga a disposición: debe poner aviones para equiparar esa diferencia de ritmo y de velocidad que seguramente tendrá a favor su rival. A meter mucho más que velocidad Cruzeiro…