Los cauces de los ríos evidencian las consecuencias de la sequía

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El lunes se conoció la situación del Miriñay en Curuzú Cuatiá, ayer del río Corriente. Se agrava por la extrac­ción de agua para las arroceras.

Las imágenes del río Co­rriente prácticamente sin agua, a la altura de Perugo­rría, resultan increíbles. El video de pocos segundos que circuló ayer por las re­des sociales y que muestra cómo siete bombas que per­tenecen a una firma arro­cera multinacional extraen la poca agua que queda, generó mucho rechazo y expresiones de rechazo en algunos y llamados de aten­ción en otros. Pero todos coincidieron en plantear por qué no se controla y no se previó esta situación, sobre todo cuando transcurrieron más de tres años de sequía. Tales imágenes se sumaron a otras, que también circu­laron en días pasados y que corresponden a otro río del interior de Corrientes, el Mi­riñay, que nace en el Iberá a la altura de Carlos Pellegrini y que desagua en el Uruguay, salvo que por estos días, a la altura de Curuzú Cuatiá está prácticamente seco. 

“El problema es que no llueve. Si para mañana o pasado no cae agua vamos a pasar de la emergencia hí­drica a un desastre climático. El clima no nos está dando una mano”, dijo Pedro Toma­sella, presidente de la Aso­ciación Correntina de Plan­tadores de Arroz.

“Hace tres años que veni­mos con una sequía que está afectando gravemente a la provincia, los ríos se secan, los pozos se secan, y ante este fenómeno de escasez de agua se debió pensar antes, administrar mejor los recur­sos”, reconoció el dirigente productivo.

Tomasella reconoció que la cuenca del río Corriente es la más golpeada, dado que acarrea tres años de pre­cipitaciones por debajo de la media anual, y que a lo largo de la cuenca existen unas 12 explotaciones arroceras. De ellas, una de las más grandes corresponde a la empresa Adecoagro, que se ha con­vertido en un fuerte compe­tidor por el uso del agua, tal como se puede observar en las imágenes que se viraliza­ron ayer.

“Adeco tiene dos explota­ciones sobre el río Corrien­te y tiene instaladas siete bombas, con lo que se ubica como uno de los consorcios productores que más agua extrae del río, es una em­presa grande que tiene miles de hectáreas con lo cual nos viene perjudicando a noso­tros que tenemos muchísi­mos años”, dijo.

“Y tiene una cifra estima­da en más de 10.000 hectá­reas de plantaciones de arroz, que se riegan mediante el agua del río que acumula en una re­presa, un reservorio que permanece cargado a la hora de comenzar los rie­gos”, período que arranca en octubre.

El cuestionamiento dirigi­do a esa firma multinacional es que la mayor parte de los plantadores de la vera de ese cauce tienen “como míni­mo 50 años produciendo y esa empresa con semejante cantidad de hectáreas agra­va la situación”. Consideró que por parte del Instituto Correntino del Agua y el Ambiente se debería haber controlado o previsto la si­tuación. “Hay hectáreas de plantaciones de arroz que ya no se riegan porque los productores no tienen agua, estamos haciendo un rele­vamiento al respecto, pero el organismo de control de­bería haber realizado ins­pecciones a las extracciones. Esas demoras en las verifica­ciones son las que también de alguna forma están perju­dicando al sector, junto con la sequía extrema que esta­mos viviendo”, manifestó.