Inflación 2022: si no baja del 5%, se proyecta que superará el 80%

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El escenario inflacionario no cede y las expectativas para el porcentaje con el que terminará el año. En lo que va de mayo, la canasta aumentó 2,4%.

La inflación del primer cuatrimestre superó el 23%, convirtiéndose en el co­mienzo de año más inflacio­nario desde 1991. La suba in­teranual de precios también es récord: 58% en abril, un nivel que no se alcanzaba desde hace 30 años.

Si bien en abril el impulso bajó levemente, la mayoría de los indicadores (políticos y económicos) siguen en­cendidos y no hay, al menos en el corto plazo, señales que alimenten expectativas positivas.

La matemática es contun­dente: si el índice de precios al consumidor (IPC) no baja del 5% en los meses que siguen hasta diciembre, la suba de 2022 completará un 82%, 17 puntos porcen­tuales arriba de la última proyección promedio de las consultoras que releva el Banco Central y casi 50 puntos por encima de lo que decía el Presupuesto 2022 que presentó el ministro de economía Martín Guzmán y que nunca fue aprobado por el Congreso.

Después del 6,7% de mar­zo y del 6% de abril, pensar en una inflación de mayo del orden del 5% no es exagera­do. Lo reconocen hasta los economistas más hetero­doxos y afines al Gobierno de Alberto Fernández.

La doctora en Desarrollo Económico Julia Strada, di­rectora del Banco Nación, dijo tras conocerse el índice de abril: “Los números [de la inflación de los últimos dos meses] son altísimos y no habría razones, en virtud de los precios regulados y del movimiento del tipo de cambio, para que en mayo bajen mucho más”.

Gustavo Reyes, economis­ta jefe del Ieral, se hizo en el último Informe de Coyuntu­ra de ese instituto de Funda­ción Mediterránea la “gran pregunta”: ¿la leve desace­leración de la inflación evi­denciada en abril profun­dizará su dinámica, perma­necerá en valores similares o se producirá una nueva y peligrosa espiralización?

La respuesta, según el analista, depende de cómo evolucionen las variables clave que afectan el proce­so inflacionario: los precios externos, la devaluación del dólar (el oficial y el blue), la dinámica de los precios de los bienes y servicios regu­lados (básicamente, tarifas), la cantidad de pesos cir­culantes y su velocidad de circulación, y el excedente monetario.

Para Reyes, “la fortaleza internacional del dólar po­dría afectar negativamente al precio de las commodi­ties”, algo que, “en el muy corto plazo, juega transito­riamente a favor de una des­aceleración de la inflación en los bienes exportables”.

Sin embargo, según el economista, “la contraparti­da es que, a menores precios de commodities, empeoran tanto las cuentas externas como las fiscales y esto ge­nera mayores presiones devaluatorias y de emisión monetaria”. Así, con precios de commodities más bajos, podría impactar en un au­mento de la inflación.

En relación con el avance del dólar, Reyes no ve que pueda funcionar como an­cla. “Más allá del compromi­so con el FMI de mantener el tipo de cambio real, al no tener el Central demasiadas reservas ni ningún colchón cambiario, no tiene chances de retrasar el tipo de cambio nominal respecto de la infla­ción”, explica el analista.

PRECIOS REGULADOS

En cuanto a los precios regulados, Reyes cree que el ajuste de las tarifas energé­ticas prometido al FMI “se­guramente traccionará en el cortísimo plazo acelerando la inflación de los bienes no transables”. Más adelante, al bajar los subsidios, “redun­dará en menores requeri­mientos de emisión mone­taria y de inflación”, añade.

En este sentido, el econo­mista Bruno Panighel pone en contexto la inflación y el aumento de un precio regu­lado que impacta en los pre­cios como la nafta: “Tasas mensuales cercanas al 6% equivalen a que un aumen­to del 10% en los combus­tibles, como el último que hubo, se agote al cabo de unos 49 días. Es decir que el Gobierno, en siete semanas, tiene que volver a subir los precios que regula si es que los aumenta 10%”.

Para el economista, uno de los mayores problemas de la crisis actual es “el cambio de esa “histórica sensación de ciclos de suba y baja en la economía, por una lógica de permanente estancamiento.

LAS EXPECTATIVAS PARA EL NÚMERO FINAL DE FIN DE AÑO CRECEN MES A MES CON LA OLA DE AUMEN­TOS DE PRECIOS. 

En apenas 15 días de mayo, la canasta básica aumentó casi 2,4%

El precio de los alimentos continuó su escalada durante la primera quincena de mayo, ya que relevamiento de la entidad Consumidores Libres reveló que durante las dos primeras semanas del mes el costo de una canasta básica compuesta por 21 pro­ductos tuvo un incremento de 2,38%.

Los números hacen suponer que, contra las expectativas del Gobierno, será difícil bajar la inflación en el segundo semestre, ya que este relevamiento parcial para junio indica que los índices podrían ser mayores o iguales a los de mayo, cuando el Indec esti­mó la inflación en un 4,2%.

El representante legal de Consumidores Libres, Héctor Polino, comentó que “hace más de 28 años cada 15 días hacemos releva­mientos de precios de distintos productos, entre ellos los de la Canasta Básica, y en la primera quincena de este mes nos dio un au­mento importante”.

“En tanto, el acumulado refleja un aumen­to del 25,34%, es decir que estamos ante un proceso de suba de precios muy grande. En muchos casos estos precios suben por enci­ma de los aumentos salariales”, comentó.

“Todo ese se debe a que en nuestro país hace muchos años no se ponen en funcio­namiento las normas que protegen los dere­chos más elementales de los consumidores”, explicó.

En mayo, los principales aumentos se ob­servaron en productos de almacén (3,51%), mientras que la carne subió 2,4%, y frutas y verduras 0,49%.

Dentro de almacén se verificaron avances de 7,14% en azúcar común, 5,88% en leche en sachet, 4,08% en aceite, 3,68% en yerba, 3,45% en fideos y harinas, 2,94% en pan fresco y 1,54% en arroz.

En la carne las subas fueron de 2,73% en asado, 2,63% en carne picada común, 2,42% en bola de lomo y 1,89% en paleta.

En verduras se destacó un alza de 12% en la cebolla, que compensó una baja de 9,39 en tomate y de 3,9% en acelga. Luego hubo alzas de 4,74% en zanahoria, 3,70% en be­renjena, mientras que las papas se man­tuvieron sin cambios. En frutas la naranja aumentó 6,6% y la manzana no sufrió va­riaciones.

El Gobierno espera una desaceleración de la inflación para este mes desde las altísimas tasas de 6,7% en marzo y 6% en abril.